LA ORBITA, LA CASA DE LOS OJOS

Por Oscar Andrés Alzate Mejía
Profesor de Morfología
UAM - UM

El cráneo es el esqueleto de la cabeza el cual está constituido por el neurocráneo y el viscerocráneo. El primero es la caja ósea del encéfalo, mientras que el esqueleto facial o viscerocráneo constituye su parte anterior, la cual está compuesta por los huesos que rodean la boca, la nariz y la mayor parte de las órbitas (1).

Imagen del ojo derecho en su órbita. Tomada de Patrick J. Lynch, medical illustrator 

Las órbitas son cavidades bilaterales que contienen el globo ocular, el nervio óptico, los músculos extraoculares, el aparato lagrimal así como sus vasos y nervios. Se encuentran en la mitad superior de la cara, por debajo de la fosa craneal anterior y adelante de la fosa craneal media. Su aspecto es semejante al de pirámides cuadrangulares huecas (1,2). Esta pirámide posee una base amplia que se abre anteriormente en la cara y, un vértice que se dirige en posición posteromedial. La base está limitada por el borde de la cavidad orbitaria, que rodea su entrada El vértice es el conducto óptico (2), a este nivel, el periostio orbitario se continúa con la duramadre que rodea el nervio óptico (3). El resto de la pirámide está constituido por sus paredes medial, lateral, superior e inferior. A continuación y haciendo referencia a cuatro autores clásicos de textos de formación médica (1–4), se hará una descripción de cada una de estas caras enfatizando en sus respectivos forámenes:

Imagen de la órbita mostrando algunos huesos y detalles óseos.
Tomado del libro de Gray, Anatomía para estudiantes (Drake 2010). 

La pared superior es aproximadamente horizontal y está compuesta por la porción orbitaria del hueso frontal y el ala menor del hueso esfenoides. 

Las paredes mediales son casi paralelas y están formadas por cuatro huesos: el maxilar, el lagrimal, el etmoides y el esfenoides. La mayor parte de esta pared depende del hueso etmoides, que en esta región se caracteriza por la presencia de celdillas etmoidales, visibles claramente en un cráneo óseo. En la unión entre el techo de la órbita y su pared medial se observan los forámenes etmoidales anterior y posterior, localizados generalmente en la sutura frontoetmoidal. A través de estos los vasos y nervios etmoidales anteriores abandonan la órbita. 

La pared inferior o suelo de la órbita, es a su vez el techo del seno maxilar, la cual se encuentra delimitada de la pared lateral por la fisura orbitaria inferior, un hiato entre las caras orbitarias del maxilar y el esfenoides.

La pared lateral está integrada anteriormente por el hueso cigomático y posteriormente por el ala mayor del hueso esfenoides. Es la pared más fuerte y gruesa, hecho importante porque es la que se encuentra más expuesta y es más vulnerable a traumatismo directo. Las paredes laterales de ambas orbitas son casi perpendiculares entre sí.

En este sentido, los bordes de la órbita unen a estas paredes. Los bordes son el supero-lateral, supero-medial, ínfero-medial e ínfero-lateral (3). El borde superior o supraorbitario está formado por el hueso frontal; su porción medial se caracteriza por presentar la incisura supraoribitaria, que en algunos cráneos se presenta como foramen. Por debajo del borde inferior, el maxilar superior presenta un orificio, el foramen infraorbitario que da paso al nervio de su mismo nombre. Finalmente el borde lateral está formado por los huesos cigomático y frontal. El borde medial por el maxilar, el lagrimal y el frontal (4). Hasta el momento, en ninguno de estos bordes se encuentra descrito algún foramen. 

REFERENCIAS
  • Moore K, Dalley A, Agur A. Anatomía con orientación clínica. 7th ed. Barcelona: Kluwer, Wolters; 2014. 
  • Drake R, Vogle W. Gray, anatomía para estudiantes. 2nd ed. Barcelona: ELSEVIER; 2010. 
  • Pro E. Anatomía Clinica. 2nd ed. Buenos Aires: Medica Panamericana; 2014. 
  • O’Rahilly. Anatomía de Gardner. 5° ed. Mexico: Mc Graw Hill; 1989.