HISTORIA DE LA DISECCIÓN DE MI CORAZÓN

Juan Camilo Vanegas López
Ingeniería Biomédica 
Universidad Autónoma de Manizales 

Estimado lector, la presente entrada pretende hacer un acercamiento hiperrealista al mundo anatómico y sus variantes. Mi objetivo es hacer de él un conversatorio escrito (no sé si el término exista) relatado desde la emocionante experiencia de diseccionar un corazón, pero que a su vez, quede abierto el camino para las críticas constructivas. Sin más preámbulo… 

Mi primera disección

Cuando entré a la carrera (Ingeniería biomédica) no esperaba de hecho tener muchos acercamientos al trato de órganos y todo eso que respecta a la anatomía, en cambio esperaba mucha más matemática, y en efecto así ha sido, pero como la vida está llena de muchas vueltas, todo cambió cuando ingresé al semillero de investigación Morfi, y bla, bla, bla, mucha cháchara, aquí lo importante es que por muy asquiento que sea, el tema me quedó gustando. Por eso estoy aquí escribiendo sobre mi primera disección. 

Conseguir un corazón en medio de una pandemia 

Y no, no hablo del sentimiento o la famosa media naranja, sino de corazones reales, con sangre y todo, como si ya no fuera un poco más raro de lo normal, la situación ocurrió dentro de una pandemia, esto es un thriller hecho a medida para un anecdotario de anatomistas. 

Cada integrante del grupo de disectores, debía encargarse de conseguir su propio corazón, pero eso no paso, y nuestra coordinadora del momento, Melissa, hizo una valiosa adquisición de 7 “corazones” y se preguntara, ¿por qué las comillas? Resulto que no eran 7 corazones solamente, eran también 14 pulmones, 7 hígados, 14 riñones y el equivalente en sangre a haber desmembrado quien sabe que, solo diré que ese día, 2 de octubre del 2020, la nueva odisea se estaba escribiendo, y a punta de experiencia, nada de fantasías.

Foto del eventual día, de izquierda a derecha Oscar, Melissa, Juan Camilo y Paula; 
quien toma la foto Luisa Fernanda.

El proceso, luego de aplazarlo por un mes

Posterior al día de la repartición de las vísceras, adquirí un trauma temporal por la carne, que se fue desvaneciendo. Durante ese intervalo de una semana, me dediqué a tirar todas las vísceras que no necesitaba y a guardar el corazón en un congelador.

Y ese fue el primer altercado. Aquí va el segundo.

El viernes 9 de octubre, pasada una semana, tuve lo que denominé una crisis de mal genio, y a sabiendas de que aún no tenía los implementos para hacer disección le comenté a mi amiga Melissa que por favor viniera a recoger mi corazón para que ella trabajara sobre él, entonces así, me quedé sin órgano con el que trabajar. El problema de hecho solo duro un día, puesto que mi mamá me regaló un corazón, estaba un poco apuñalado, pero, era trabajable, o por lo menos eso parecía.

Iniciar, desafiando el tiempo que gasta la universidad, el trabajo y… la pereza

“A nadie le faltan fuerzas; lo que a muchísimos les falta es voluntad” – Víctor Hugo

Iniciar es la clave, una vez se empieza, el proceso solito se encarga de llevarlo a uno hasta su final. Previo a la realización de mi taller, hubo el habitual encuentro de viernes con el semillero, donde todos comentaban su experiencia con su disección, yo por supuesto no tenía nada que contar, pero me llenaba escucharlos hablar con tanto frenesí, y entonces comenté que realmente el estar dentro del grupo me ha hecho enamorarme del arte de investigar y diseccionar, tomando un poco de la pasión que irradia cada uno.

Y luego de eso, empecé con mi taller.

El primer caso fue fotografiar el espacio de disección, para ello hice un ritual de preparación, aquí el resultado.


Y luego a la aventura...


Retirando el corazón del cerdo, se generaron varios daños, las arterias y venas conectadas a él estaban muy lastimadas, así que recurrí al corte de ellas para así lograr mejorar la apariencia...


Y, como reza el adagio, "aquí empieza Cristo a padecer", la puñalada atravesó al corazón interiormente más de lo que se podía apreciar, y tuve un desliz en cuanto a la orientación de los planos del corazón, el resultado, un desastroso corte...


Aunque el ideal era mostrar un corte para dejar ver el espacio atrio-ventricular, no llegue a este cometido en su totalidad...

Corte del musculo cardiaco siguiendo la línea del corte de la arteria pulmonar

Para realizar el corte transversal, se escribió una segunda odisea, en este punto el corazón ya estaba en mal estado por la puñalada que tenía y el corte que le había realizado...

Para el corte coronal, prácticamente el corazón ya estaba destruido.

Pero gracias a ese corte, pude visualizar bien la válvula tricúspide...


Y la gran conclusión... 

Bueno, soy consciente de que no hay muchas fotos, y que tal vez no es el trabajo mejor realizado, pero tomé en cuenta que es mi primera disección de las muchas venideras en las que obviamente quiero mejorar la práctica. 

Fue emocionante, esa es mi nueva palabra para describir esta experiencia, creo que durante todo el taller se ha notado la emoción que se sintió al sacar estas fotografías, ir un poco más allá de los típicos dibujos es algo por lejos mucho más complejo, pero muchísimo más genial. 

La buena nueva es que estoy esperando otro corazón al que le quiero hacer una mejor disección. 

Por ahora me queda decir que fue muy entretenido realizar este taller, que también lleva mucho tiempo y por supuesto mucha vocación. 

No hay comentarios: