LA MOMIFICACIÓN EN MÉXICO: UN PROCESO MUY NATURAL

Fabián Alejandro González Muñoz 
Especialización en Fisioterapia en Cuidado Crítico 
Universidad Autónoma de Manizales 

Una momia es aquel cadáver que aun tiene componentes orgánicos, por ejemplo: piel, uñas, cabello, órganos internos, entre otros. Al proceso por el que es formada una momia se le denomina momificación; dicho proceso imposibilita el crecimiento de bacterias y hongos que provoquen la descomposición del tejido y puede darse tanto por factores naturales como inducidos. 

El primer acontecimiento por el que pasa una momia durante su formación es la deshidratación, ocurre en los primeros días después de la muerte y consiste en la reducción de los fenómenos degenerativos de los órganos internos (riñón, medula ósea, etc.); al tejido muscular le lleva más tiempo deshidratarse y está influenciado por cuestiones climáticas ya que en una momia es posible observar diversos grados de laceraciones: grandes, pequeñas o incluso ruptura de fibras musculares. Al igual que con los músculos, la destrucción del tejido adiposo está condicionada por factores climatológicos, siendo éste el siguiente suceso en el proceso de momificación. 

Figura 1. Momias de Guanajuato, México. (Tomado de: Fabiel Bück- Artistic Photographer, 2017).

De los tipos de momificación que existen, en México la más común es la natural. En la región norte de México los cadáveres se conservan debido a la acelerada deshidratación que el clima semidesértico les ocasiona, y especialmente en Guanajuato (momias más famosas de México) encontramos el suelo árido, poroso y rico en nitratos de la región. La variación climática existente en Mesoamérica (que va de semiseca a tropical) explica entonces el por qué existen menos momias en esta región, sin embargo, algunas momias de formación natural que datan de tiempos prehispánicos fueron encontradas en cuevas y abrigos rocosos, siendo este un factor que favoreció el proceso de momificación. Cualquier variación en los factores ambientales colabora o rivalizan con el proceso de momificación, lo cual está condicionado por la presencia de las enzimas encargadas de romper enlaces moleculares de las proteínas, grasas y carbohidratos. 

Al ser las momias objeto de investigación, deben de pasar por una serie de estudios para conocer sobre ellas: 

El primero la exploración, la cual consiste en investigar las costumbres y tradiciones del pueblo al que pertenecía; así como el tipo de ecosistema de donde las encontraron. Por medio de dibujo o fotografía registran la localización, la profundidad en donde fue encontrada la momia, así como también la posición del cadáver. 

El segundo estudio es el laboratorio, si el cadáver se encuentra bien conservado se identifica el sexo, sino es así se observan las radiografías y las características morfológicas, determinando estatura en vida o el periodo fetal por medio de la medición de los huesos largos. En este estudio también se observa si existen microorganismos o mesofauna nociva para determinar las medidas de la conservación del cuerpo. 

El tercer estudio son las técnicas de clínica actual, incluyendo a la paleopatología, con la cual se busca si el cadáver tuvo alguna enfermedad y si fue así, conocer el impacto que los microorganismos que produjeron esta enfermedad han tenido en la historia, para así poder tomar medidas preventivas y desarrollar medicamentos para combatirlos. En este estudio se recurre a técnicas como la endoscopia, que ayuda a observar los órganos internos con los que cuenta el cadáver. También el infrarrojo y ultravioleta colaboran para hacer visibles algunos detalles del cadáver (presencia de cicatrices, tatuajes, etc). 

El último estudio por el que pasan las momias es la imagenología: la radiografía ayuda a determinar el sexo y la edad esquelética del cadáver, así como también ver los órganos internos presentes o ausentes; la tomografía axial computarizada sirve para el diagnóstico paleopatológico y la estereolitografía nos permite tener una imagen semejante a la que tenía en vida. 

REFERENCIAS 
  • Baggieri, G. (2010). Investigations the Cutaneous Damage of Ancient Natural Mummies. The Case of the Venzone Collection. J. Appl. Cosmetol, 28, 139-145. 
  • Leboreiro Reyna, Ilán Santiago., Mansilla Lory, Josefina. (2008). Las momias mexicanas vistas por la ciencias. Ciencia, 8-17. 
  • Mansilla Lory, Josefina. (2011). El estudio de momias como parte del conocimiento del fenómeno humano. En La complejidad de la antropología física (197- 234). Distrito Federal: Instituto Nacional de Antropología e Historia.

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