¿UN ÚLTIMO ANATOPOEMA?

Por Oscar Andrés Alzate Mejía

Se han caído casi 366 epidérmicas, aún así mi piel todavía te recuerda
y mi hipocampo se niega a olvidarte.
Mi corazón aún late con fuerza por tu recuerdo
y mis pulmones se accidentan porque sigo suspirando por ti.

Mi testosterona aumenta cuando recuerdo tus besos,
mis pies quieren dorsiflexionarse hacia tu encuentro
y callo a mi laringe a gritos cuando quiere susurar mi amor por ti.

¡Calma! dice el nervio vago cuando deseo emprender mi camino hacia ti.
El accesorio levanta los hombros
y el facial resigna la cara esperándote a ti.

Mi auditivo y óptico no te volvieron a percibir,
quizás otro XY conquistó la producción de tu ATP,
si es así, con mi serotonina en el hallux extenderé mi anatomía de ti.

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