HISTORIA DE UN CEREBRO SIN DESAYUNO

Cristian Camilo Herrera Betancourth
Licenciado en educación física y Fisioterapeuta
Universidad Autónoma de Manizales 

"Suena el despertador y el cerebro empieza a preocuparse; “ya hay que levantarse y de consumirnos todo el combustible”. 

Llama a la primera neurona que tiene a la mano y manda el mensaje para saber que disponibilidad hay de glucosa en la sangre. Desde la sangre responden: aquí hay azúcar para unos 15 o 20 minutos, nada más. 

El cerebro hace un gesto de duda y le dice a la neurona mensajera: “de acuerdo, vayan hablando con el hígado a ver que tiene en reserva”. El hígado consulta la cuenta de ahorros y responde: “a lo sumo los fondos alcanzan para unos 20 a 25 minutos”. 

En total no hay si no cerca de 290 gramos de glucosa, es decir, alcanza para unos 40 a 45 minutos, tiempo en el cual el cerebro ha estado pegado de todos los santos a ver que se les ocurre desayunar. 

Importantes componentes del desayuno para nuestro cerebro.
Tomada de www.psicofilia.com 

Si estamos apurados o nos resulta insoportable comer en las mañanas, el pobre órgano tendrá que ponerse en emergencia; “¡alerta máxima: “nos están tirando un paquete económico!”. Cortisona saque lo que pueda de las células musculares, los ligamentos de los huesos y el colágeno de la piel”. 

La cortisona pondrá en marcha los mecanismos para que las células se abran cual cartera de mamá comprando útiles y deje salir sus proteínas. Estas pasaran al hígado para que las convierta en glucosa sanguínea. El proceso continuara hasta que volvamos a comer" 

Como se ve, quien cree que no desayunar es saludable se esta engañando: lo que sucede en realidad es que se "come" sus propios músculos, se auto devora. La consecuencia es la perdida de tono muscular y un cerebro que en vez de ocuparse de sus funciones intelectuales, se pasa la mañana activando el sistema de emergencia para obtener combustible y alimento. 

¿Cómo afecta eso nuestro peso? Al comenzar el día ayunando, se pone en marcha una estrategia de ahorro energético, por lo cual el metabolismo disminuye. El cerebro no sabe si el ayuno será por unas horas o por unos días, así que toma medidas respectivas más severas. 

Por eso si la persona decide almorzar, la comida será aceptada como excelente, se desviará hacia el almacén de grasa de reserva y la persona comenzará a engordar. 

La razón de que los músculos sean los primeros utilizados como combustible de reserva en el ayuno matutino se debe a que en las horas de la mañana predomina la hormona cortisol que estimula la destrucción de las proteínas musculares y su conversión en glucosa. 

Agradecemos al autor quien nos ha compartido este jocoso artículo de la importancia del desayuno, basado en la edición 55 de la revista Kinesis de agosto de 2011. 

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