CAMINO AL CLÍMAX

Para el siguiente anatopoema se decidió escribir esta pequeña introducción que incluye el correo de la autora. Se decidió incluir ya que desde el principio definitivamente es un anatopoema:

Hola profe, al fin adjunto el anatopoema. Después de muchos intentos decidí que no tenia por qué escribirle al desamor, sí lo que se alberga en mi caja torácica y en mi estomago es "un gran amor" o mas bien costocondritis y gastritis?  Bueno, no se pero aquí está...

Un abrazo.

CAMINO AL CLÍMAX

Por María Alejandra Grajales Loaiza
Fisioterapeuta en formación
Universidad Autónoma de Manizales

Se miran, susurran y sus orbiculares se rozan,
una tímida piloerección asciende y se dispersa,
y en una hipoxia placentera a besos se apoptosan.

Se tocan, se palpan y sus mecanoreceptores se enloquecen,
se recorren y a suspiros transitan cada dermatoma,
y de pronto en una extrasistolia sus corazones se estremecen.

Seducidas sus neuronas sinaptan una y otra vez,
y con desenfreno sus músculos contraídos,
los ubican en supino, lateral y prono, al derecho y al revés.

Efímeros, taciturnos y sacadicos, sus cuerpos repasan
mientras catatónicos entrelazan sus decúbitos,
dilatados y sonrojados se abrazan.

Lujuria, euforia, hipertermia, serotonina
taquicardia, taquipnea, eritema, diaforesis
endorfinas, testosterona y un clímax de oxitocina…

¡Ya conocen el final!

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