ESPOLÓN CALCÁNEO. HIPÓTESIS DE SU ETIOLOGÍA

Ivonne Melisa Gómez Higuera
Especialización en fisioterapia 
en ortopedia y traumatología
Universidad Autónoma de Manizales

El espolón es una prominencia ósea que crece en el proceso medial de la tuberosidad del calcáneo y en algunas ocasiones en la parte posterior y superior de este, en su mayoría generan dolor y alteraciones en la marcha. Su apariencia puede variar, en general se puede dividir en simples o irregulares. Pueden ser triangulares con una punta afilada y definida o, en el caso de los irregulares, se observan bordes mal definidos y no tienen trabéculas claras. Se ha demostrado que el espolón calcáneo surge de alrededor del punto de inserción del ligamento plantar y de la musculatura intrínseca, específicamente del flexor corto de los dedos y del abductor del meñique.

Figura 1. A: Rayos X sin presencia de espolones, B: espolón calcáneo C: espolón calcáneo y espolón posterior.
Tomada de Menz (2008).

El análisis histológico muestra que el espolón consiste en un núcleo de hueso laminar maduro y demuestra evidencia de degeneración y proliferación fibrocartilaginosa, junto con una o más osificaciones intramembranosas, condroideas y endocondrales que ocurren en la superficie. En los espolones se ha encontrado presencia de osteoclastos que sugieren recambio óseo activo continuo, además se encuentran cubiertos de una capa de tejido conectivo fibroso que se encuentra altamente inervado y vascularizado. 

Se han creado dos hipótesis acerca de la razón de este crecimiento en la tuberosidad del calcáneo. La hipótesis tradicional o hipótesis de tracción longitudinal sugería que la tracción repetitiva en la inserción de la fascia plantar en el calcáneo generaba inflamación y una posterior osificación. Esta teoría fue descartada por la localización a nivel profundo en la fascia plantar, fibrocartílago y tejido conectivo laxo de la mayoría de los espolones. Además, la fascia plantar extirpada quirúrgicamente no revelaba signos de inflamación, las trabéculas óseas de los espolones no están alineadas en la dirección de la tracción de los tejidos blandos y los espolones extirpados pueden reformarse después de la liberación quirúrgica de la fascia plantar.

La hipótesis de la compresión vertical, por su parte, propone que los espolones se desarrollan por la compresión repetitiva en lugar de la tracción. Esto es consistente con estudios que demuestran que las trabéculas óseas de los espolones están orientadas verticalmente, lo que sugiere que la carga vertical es la responsable de este crecimiento óseo y es consistente además con estudios que demuestran que los espolones son más comunes en personas con sobre peso y en aquellas que tienen una elasticidad disminuida de la almohadilla plantar como las personas mayores y que además se presentan como respuesta a las fracturas por estrés del calcáneo en un intento de protegerlo contra las micro fisuras. Se supone que funcionan como una respuesta esquelética adaptativa para redistribuir las fuerzas de impacto lejos del sitio de inserción del calcáneo a los tejidos circundantes a través de un efecto de refuerzo.

Los espolones ocurren con más frecuencia en mujeres que en hombres, algunos autores proponen que esta diferencia puede deberse a la biomecánica alterada del pie al usar zapatos de tacón alto. Además, son altamente prevalentes en personas mayores y son asociados a la obesidad, osteoartritis y dolor previo en el talón. En estudios de pacientes con fascitis plantar se ha publicado que hasta el 70 % presenta un espolón calcáneo asociado.

En conclusión, el espolón es un crecimiento óseo que puede presentarse en la tuberosidad del calcáneo o en la parte superior y posterior a este y se presenta con mayor frecuencia en personas mayores o con sobrepeso debido a la compresión vertical que se produce al realizar la marcha siendo este una respuesta adaptativa que presenta el calcáneo para resistir las micro fisuras por traumas repetitivos en la zona, también es frecuente la presencia de espolones en personas que presenten patologías como la osteoartritis o que previamente hayan presentado fascitis plantares o dolor en el talón. Es más común en mujeres que en hombres.

REFERENCIAS:
  • Bravo Acosta, T., López Pérez, Y. M., Hernández Tápanes, S., Martín Cordero, J. E., Gómez Lotti, A., & Blanco Aliaga, S. (2008). Talalgia. Revisión bibliográfica. In Revista Iberoamericana de Fisioterapia y Kinesiologia (Vol. 11, Issue 1, pp. 26–31). Ediciones Doyma, S.L.
  • Kirkpatrick, J., Yassaie, O., & Mirjalili, S. A. (2017). The plantar calcaneal spur: a review of anatomy, histology, etiology and key associations. In Journal of Anatomy (Vol. 230, Issue 6, pp. 743–751).
  • Menz, H. B., Zammit, G. V., Landorf, K. B., & Munteanu, S. E. (2008). Plantar calcaneal spurs in older people: Longitudinal traction or vertical compression? Journal of Foot and Ankle Research, 1(1), 1–7.
  • Smith, S., Tinley, P., Gilheany, M., Grills, B., & Kingsford, A. (2007). The inferior calcaneal spur-Anatomical and histological considerations. Foot, 17(1), 25–31.

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