El término respuesta sexual (RS) designa el conjunto de cambios psicológicos, neurofisiológicos, vasculares y hormonales que acompañan a la realización de actos sexuales. En los últimos años el conocimiento sobre sus mecanismos ha avanzado sustancialmente. Se han identificado los principales mensajeros intercelulares que median la respuesta de excitación en el clítoris y la vagina (NO, VIP, PGE, etc.), y su manipulación farmacológica como posible tratamiento de la disfunción sexual femenina está en estudio. Se han identificado nuevas acciones de los estrógenos en el epitelio vaginal, como la estimulación del bombeo de protones por las células basales, lo que acidifica la vagina y la transferencia de líquidos, que facilita la lubricación. Ambos contribuyen a explicar el importante efecto de los estrógenos en la funcionalidad vaginal. La incipiente aplicación de técnicas de neuroimagen funcional al estudio de la RS femenina comienza a revelar sus mecanismos cerebrales. Estas técnicas muestran que durante la excitación sexual y el orgasmo se activan áreas, como el cíngulo anterior, la ínsula/claustro, el caudado/accumbens y diversas áreas neocorticales de modo similar a lo observado en los varones. En otras, como el hipotálamo y la amígdala, se encuentran divergencias en las respuestas de ambos sexos, lo que sugiere un procesamiento diferente de los estímulos sexuales. A pesar de los importantes avances en el conocimiento de la RS femenina, quedan todavía muchas cuestiones por aclarar con más investigaciones, desde aspectos de la anatomía de la vulva (como la continuidad o no de los bulbos con el glande del clítoris) hasta una definición más precisa del papel fisiológico de los andrógenos en la función sexual femenina.
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