Por María Alejandra Grajales Loaiza
Fisioterapeuta en formación
Universidad Autónoma de Manizales
Quisiera estar entre tus ojos y dilatar tus pupilas nocturnas,
Quisiera pasear sobre tus labios y humedecer los áridos desiertos ambulantes,
Quisiera estar en tus pulmones y respirar el aire que tú respiras,
Quisiera que tu piel y la mía fueran mucho más que amantes.
Quisiera ser tu sangre y transportar por tu cuerpo el oxígeno que me robas,
Quisiera ser prisionera de tu tórax y que mi carcelero fuese tu corazón,
Quisiera ser tu estómago y albergar ese mariposario que en mi alborotas,
Quisiera ser tus neuromas e hipnotizar cada vez más tu razón.
Quisiera descansar sobre tu páncreas y envenenarme con tu insulina,
Quisiera ahogarte el hígado con un cóctel de hormonas y embriagarte hasta dormir,
Quisiera ser tus glándulas suprarrenales y encender siempre el detonador de tu adrenalina,
Quisiera ser tu sinapsis y acompañar tu anatomía hasta la hora de morir.
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